Dostin y su cuento
Dostin es un chico joven, tiene 25, es un soñador de tanto
en tanto, en un descuido se va volando, tiene mucha imaginación y se pega unos
viajes, sin necesidad de droga, se va lejos del mundo material, o como le digo
yo de la triste realidad. El asunto es este, él tiene la grandísima pretensión
de vivir de la escritura, como quien dice, él quiere ser un escritor, la verdad, a mi parecer le veo pocon, pocon
talento, pero lo cierto es que el que persevera alcanza. Lo que les quiero
tratar de contar con el relato de hoy, es lo que le paso a este personaje amigo
mío en uno de sus días de libre vuelo por los aires de sus multidimensionales
mundos ficcionales. Dostin y yo hablamos con frecuencia por el chat de Facebook
sobre la vida y sus altos y bajos, y él
me había pedido que por favor leyera uno de sus cuentos y que además, editara
si era posible alguna de sus partes, yo sabiendo de que trataba sus cuentos,
obvio dije que no, me aburre mucho el género y muchísimos más el ritmo y lo
plano de su composición. Pero, aja, ustedes saben que cuando alguien le gusta a
uno, pues, al menos lo que puedo ver
atreves de fotos, pues me decidí arriesgar con uno de los capítulos de sus
cuentos.
Fue algo muy fácil aquella tarea, solo sanar los sin
sentidos y los signos de puntuación y su lenguaje rebuscado, creo que este
relato es la consecuencia de tal, hay palabras que ni me acordaban que
existían. Le mande las correcciones, al parecer no le gustaron mucho, creo que
la razón que me dio fue porque había cambiado su estilo. Luego insistió en que
viera los capítulos siguientes pero dije rotundamente no, casi me duermo
leyendo lo anterior por Dios, si leo lo siguiente que es bien extenso cabe la
posibilidad que caiga en coma. Pero, mi mente que está motivada por el deseo
profundo de querer excitar los sentidos, hizo que se me ocurriese la idea de
proponerle un trato, -si quieres, yo te ayudo con los demás capítulos, pero
tienes que estar con migo, a mi lado en espacio físico, leyendo junto a mí lo que has escrito, tarea
que al parecer no hace con frecuencia. El tipo acepto y nos encontraríamos
en mi casa el viernes.
Eran las 4 de la tarde y prendimos el computador, el busco
el archivo lo abrió y yo pues medio decepcionado por el físico que discrepaba
en gran manera con la realidad, pues dije al menos puedo disimular mi deseo
apagado con el interés por el arte, era bien flaquito el tipo. Leímos el cuento
corregimos discutimos un poco, pero terminamos el capítulo sin muchos contratiempos
para las 5 y media. Él me dice que tiene calor y se quita la camiseta roja,
apenas terminado de decir la palabra calor. Yo que frio estaba de por sí, veo que su pecho lo cubre un espeso matorral,
y eso se excita, me erecta y me pone a hervir mi fría sangre. Yo le pregunto
puedo tocarte el pecho, el asiente con la cabeza y se deja, le pellizco los pezones,
y me dice, -cuidado que eso me pone mal, -mal porque, le pregunto, -pues porque
hace que se levanten cosas, y me señala su entre pierna. Nosotros sentados uno
al lado del otro, nos clavamos las miradas, yo baje de la silla y me arrodille
frente a él y decidí con mis manos constatar que la cosa se estaba poniendo
dura ahí abajo, decidí acercar mi cara a su peludo pecho y con la punta de la
lengua besar el pezón derecho, el gimió un poco, ese era mi pase, le desabroche
el pantalón caqui, y baje el zíper, aventure mi mano y saque mi premio, gruesa en una base de
pelos, y con mucha carme colgando en su prepucio, estaba semi erecta, acerque
mi rostro para olerla, probarla y empecé a subirla y a bajarla. Los dos nos mirábamos
frente a frente, deje escapar una sonrisa, una de esa que ponemos los chicos
malos, el serio, eso me excitaba. Él me dijo por fin, -reclama tu premio. Así
que, separe mi mirada de la suya para encontrar la muy rígida verga que sostenían
mi mano, vi como babeaba desde la punta, le baje toda la piel, y acerque mi
cara el olor era embriagante, trague un poco de saliva y decidí meter en mi
boca el glande, húmedo y rojo, este tenía las mismas proporciones que el resto
de esa bella verga, era como un cohete de piel trigueña oscura. Sentí en mi
lengua su sabor, y el sin decir nada más, me tomo con las dos manos y me empujo
contra su hombría, me la metió hasta la garganta, casi ahogándome, toda
adentro, fue algo increíble, me pregunto, - ¿te gusta a lo que sabe? Asentí con
la cabeza, y luego me ordeno que sacara la lengua, su pene que son de esos que
se ponen erectos todos rectos, gruesos, como un mazo, lo toma con su mano y me empieza a golpear con
él la lengua y las majillas. Se pone de
pie, y me dice, bájate el pantalón, yo me pongo también de pie, y de una abajo
jean y boxers, mi pinga estaba bien babosa. Él pone su vergon al lado de mi
humilde pene, y con su pelvis las junta, juega con la mía y la suya. Luego me trae así
el, y me besa, yo podía sentir los bellos de su pecho raspándome, yo me separo
de él y me pongo de espalda, para que me rose el trasero, no solo con la gruesa
y aun mas húmeda picha si no con los vellos de su pubis.
Fue algo como de minutos u horas, el tiempo no importaba,
sentir como me besaba el cuello, subía hasta
mis orejas, cada vez que recuerdo eso me late más rápido el corazón, quien iba
a pensar que este mancito, me iba hacer sentir de esa manera. Lentamente con su
mano me hace bajar, hasta el escritorio que tenía enfrente, me besa la espalda
y va bajando, que sensación, llega hasta mis nalgas, se separa aún más de mí, y
siento como me da una nalgada duro, sonó y dolió duro, -que culo, me dice, me
abre las nalgas, y sin más me empieza a morder suavemente, introduce su lengua
en mi orto, lo humedece con su saliva, y me da dos palmadas más con la misma
fuerza. Gemí, como pocas veces lo he hecho en la vida, ósea sin fingir. Se levantó,
puso la punta de su verga en mi ojete, yo quería decir que aguardara, que se
pusiera un condón, pero como todo lo que había hecho ese día, él había hecho lo
que quería, me penetro sin condón, a pelo como dicen los videos porno. Quise gritar
pero me metió los dedos a la boca, y me dio como un loco, sádico, sabia me dolía,
tenía el ritmo alterado y las embestidas eran muy rápidas, me quito los dedos de la boca y clavo su boca
en mi cuello me lo beso y el placer fue nublando el dolor, y en un segundo pase
del infierno al cielo. Duramos en esa posición como 5 minutos, en un ahogado
gemido se vino dentro de mí, el primer hombre que se había venido dentro de mí,
sentía que me ardía su pesado semen en mi interior, me la saco lentamente, y
con un tono descarado, pregunto –te gusto, el pago. Yo con el corazón a mil, y
sin querer siquiera responder, dije lo primero que se me vino a la cabeza,
-pudo ser mejor, sonrió un poco, se subió el pantalón y se fue directo a la
puerta, parecía ofendido.
No pude ver si se había parchado. Me dio un ataque de risa
toda la escena, fui a limpiarme, cuando estaba en la ducha, aun excitado me empecé
a pajear, siento que la puerta se abre, era él, viene hacia mí, se arrodilla y
me la empieza a mamar, torpemente, parece que no la había chupado antes, lo
dejo. Cuando la tengo bien firme le digo que se aparte y me termino de pajear,
me vengo en su cara, se levantó y me beso, probé mi semen de su cara por
primera vez, era la primera vez de muchas cosas. Después de eso lo hicimos como
ciento de veces, un muy buen polvo Dostin.